Hoy en día con Internet casi cualquier pregunta puede ser relativamente sencilla de responder:
Un oso camina 10 pasos al norte, 10 pasos al sur y 10 pasos al oeste ¿De qué color es el oso?
Si se quiere establecer un juego en el que las respuestas no estén “al alcance de internet” hay que encontrar preguntas más elaboradas, más abiertas. En algunos casos se pueden suscitar debates interesantes. Os propongo tres. Por favor, evitad centraros en lo improbable de los escenarios presentados.
1) El médico sin estudios.
Me fascina el estatus de los bomberos en España. Son el otro extremo de la balanza ocupada por los taxistas. Pocas profesiones tienen mayor reconocimiento social, a la par que dificultad para acceder al puesto, cuando en realidad se trata de una profesión “mediocre” en casi cualquier otro lugar del mundo. En España es más fácil ser médico que bombero.
Ahora bien, si por casualidad una persona consiguiera una plaza de bombero, sin haberse preparado para nada las oposiciones, no sería tan difícil que se consiguiera adaptar al trabajo, y con el tiempo lo desempeñara correctamente. No hay que hacer 100 dominadas con un brazo o correr los 1.500 en menos de 3 minutos 30 segundos para apagar fuegos.
El escenario es el siguiente: Has conseguido un título de médico en el mercado negro. ¿Cómo podrías aprovechar al máximo ese título de la mejor forma posible, sin poner en peligro la salud – de casi nadie, si sólo tienes conocimientos médicos “de lo que has visto en la tele”?
Una respuesta sencilla sería hacer cualquier oposición para la que sólo exijan un título universitario. Gracias a ser médico, se consiguen puntos extra o simplemente la opción de participar. Pero hay que pensar en algo más ambicioso, tal vez exista una especialidad donde puedas “tirar de Google”. En mi opinión médico es la carrera donde es más difícil sacar partido a un título falso – sin correr grandes riesgos para los demás. Y como bonus, otra pregunta.
¿Cuál es la carrera en que sería más complicado sacar partido de un título falso? Posibles respuestas: profesor de idiomas, músico de orquesta.
2) Las llaves.
Vives en el centro de la ciudad. Te vas de vacaciones de Semana Santa y justo quieren venir a tu casa unos amigos en esa fecha. Necesitas dejarles las llaves, pero no quieres dárselas a un vecino o amigo. No hay tiempo de enviarlas por correo. ¿Cómo les dejarías las llaves para que fuera casi seguro que las podrían encontrar sin problemas? En este escenario los amigos que vienen a tu casa no conocen la ciudad, no han estado antes.
Se me ocurre enterrar las llaves en una maceta que no esté al lado de la casa – hay que evitar que alguien se las lleve. Es complicado dar indicaciones precisas de una maceta. El sistema “debajo del felpudo” es demasiado arriesgado, cualquiera podría encontrarlas. No es trivial esconder algo tan pequeño como las llaves en un sitio al que hipotéticamente podría llegar cualquiera. ¿Qué se te ocurre?
3) El móvil de Bill Gates.
Esta pregunta la plantee en Quora con un resultado patético. El escenario es el siguiente: Te encuentras en el tren con una de las personas más importantes del mundo económico mundial, pongamos Bill Gates. Por un despiste, se levanta al cuarto de baño y deja su teléfono móvil desbloqueado en el asiento. Volverá en 45 segundos, porque no se lava las manos tras ir al baño ¿Cómo podrías sacar el máximo provecho personal de la situación, sin llevarte el móvil, dejando la ética en casa e ignorando si perjudicas a Bill Gates?
El objetivo es pensar qué partido podría sacarse de un teléfono móvil de última generación. Simplemente poder copiar el número de Bill ya es algo de gran valor. O el de su mujer. O el de algún ex-presidente de los Estados Unidos. Tal vez podrías incluir tu teléfono en la agenda con un nombre falso (por ejemplo “Director de Recursos Humanos en Microsoft”) Y conseguir algún que otro chanchullo lucrativo. O revisar la cartera de acciones de Bill Gates – valiosísima información privilegiada. También podrías llamar a su mujer y decir “su marido se ha dejado el teléfono aquí”. No estaría de más que Bill Gates te debiera un favor. No sé si la opción de instalar un programa espía puede ser viable o dada por válida.
Todas estas propuestas pueden conseguir un puñado de miles de dólares, pero me cuesta creer que uno no podría hacerse rico simplemente con tener el teléfono móvil de Bill Gates durante un minuto.
Podéis responder a estas preguntas en los comentarios. Recordad que aunque los escenarios sean estrafalarios, lo ideal sería dar respuestas lo más inteligentes posibles.