Platano de Canarias

El primero de los dos anuncios es de 1993, el segundo, de 1994. En el primero, se muestra a la Selección Española de Fútbol promocionando mediante un sorteo el consumo de plátanos de Canarias. En el segundo, se realiza una comparativa entre el plátano de Canarias y la banana americana.

¿Por qué hay en televisión anuncios de plátanos y no de patatas o de berenjenas? Pues porque en el año 1993 comenzaron a aplicarse en España normativas comunitarias relacionadas con la importación y exportación de plátanos.

El mercado del plátano, sus intereses y conflictos es tan complejo, que escapa a la compresión de los que vivimos por completo alejados de él. Por tanto esto no dejará de ser ante todo una opinión personal, no podrá servir jamás como referencia pues estará lleno de matices y por qué no decirlo, errores.

La situación más o menos era la siguiente. A nivel mundial, se vivía una verdadera guerra: Banana War. Los principales países exportadores de plátano vivían un complejo entramado de intereses, aranceles, subsidios y ayudas. Por un lado, las Repúblicas Bananeras, grandes productores al abrigo de los Estados Unidos. Por otro los países pobres a los que se trataba de ayudar facilitándoles sus exportaciones. Y es que mejor comprarles plátanos que continuamente darles dinero a fondo perdido. Y en otro mundo, Asia y Europa. Los primeros como grandes productores alejados de los principales mercados, los segundos reacios a aceptar las políticas americanas.

En general se estableció una dicotomía. Los mayores productores del mundo son Ecuador, Costa Rica, Colombia y Filipinas (y el mayor de todos, con muchísima diferencia, la India). Pero los países de Centroamérica dependen enormemente de estos cultivos y la Unión Europea les apoyó, al igual que a los africanos, en sus exportaciones a nuestro continente.

Por otro lado, Estados Unidos creaba multinacionales de la exportación (los plátanos Dole que venden en LIDL son de una empresa estadounidense) y favorecía a sus empresas.

El caso es que el conflicto por la producción en Centroamérica acabó con leyes que favorecían abiertamente su exportación a la Unión Europea. Y al final, el plátano de Canarias acabó salpicado en todo esto. Pues tras décadas de bonanza, empezó a resultar rentable el traer plátanos desde América.

1993 marcó el punto de inflexión. De ser un producto que vivía una eterna juventud, a pasar a ser un gran castigado por la entrada en la Unión Europea. Pero como suele suceder en los productos agrarios, todo se arregló a base de subsidios. Por un lado entró una ley que en gran parte liberalizó el mercado, por otro apareció una política de ayudas que no sólo compensó las hipotéticas pérdidas, sino que incluso resultó beneficiosa.

La comparación con la banana

Han pasado muchos años, pero la producción y todo lo relacionado con el plátano de Canarias están estancados. Se producen aproximadamente los mismos plátanos hoy que los que se producían en 1995.

Lo más sorprendente de todo es que no se exporta ni un plátano de Canarias. Es decir, la cantidad actual es insignificante, pero es que hace un par de años llegó a ser de cero plátanos.

Y entonces, si llevan décadas cantándonos las alabanzas de los plátanos de Canarias en televisión, ¿Por qué sólo se consumen en España?

El argumento casi siempre es el mismo. Ya lo vemos en el anuncio de 1994 (el segundo de los publicados al comienzo). Quince años después, se repiten los motivos, sólo que la publicidad se enmascara en una serie de televisión:

El plátano canario y la banana americana son dos productos diferentes, de características diferentes. Pero lo único que opera en favor del primero respecto del segundo es el sabor. Pero como sobre gustos no se puede escribir nada, se puede decir que a más gente le parece mejor el sabor del plátano de Canarias. Si no es tu caso, puedes seguir comiendo tus bananas, pues tienes todas las ventajas y ninguno de los defectos.

Por más comparativa que se hace, los dos productos son casi iguales en todas sus características. Hay quien prefiere un plátano al otro, pero lo cierto es que aunque un estudio demuestra que el plátano de Canarias tiene más potasio que la banana americana (como bien muestran en la página de promoción del plátano):

Entre las principales diferencias se puede decir que el Plátano de Canarias posee un mayor grado de madurez y permanencia en la planta que la banana tropical debido a la menor distancia entre la producción y el mercado consumidor del plátano.

Además el Plátano de Canarias posee un mayor índice de humedad, por lo que es mucho más sabroso que la banana, que es más seca.

En la banana los valores de carbohidratos, azúcares solubles y sacarosa son ligeramente mayores, lo que le confiere una textura más harinosa que la del Plátano de Canarias que, además, tiene niveles más altos de contenido en potasio.

Finalmente, el clima de las Islas Canarias es más variable que el de los países tropicales, lo que repercute en un mayor tiempo de permanencia del plátano en la en planta (6 meses) respecto a la banana (3 meses), confiriéndole un mayor grado de madurez, sabor y aroma.

lo que no dice esa página es que el mismo estudio demuestra que la banana tiene también sus ventajas en la comparativa:

El Plátano de Canarias tiene mayor contenido en potasio y fósforo y menor cantidad de calcio y magnesio en comparación con la banana.
El Plátano de Canarias presenta un contenido menor que la banana en todos los microminerales estudiados (hierro, zinc, cobre, manganeso).

Las diferencias parecen en cualquier caso insignificantes. Si uno tiene un 10% más de potasio que el otro y te comes un 15% más de banana que de plátano (porque es más grande) pues resulta que interesa más la banana que el plátano de Canarias.

El estudio de comparación me parece en cualquier caso de risa. Se compara el plátano de Canarias (una especie) con la banana de América, como si fuera otra totalmente única. Y aún cuando fuera una única, estoy seguro de que las cantidades de potasio de las bananas difieren mucho según la plantación y el país en cuestión. ¿Son idénticas las bananas de Costa de Marfil, las de Ecuador y las de Martinica?

Aunque sea totalmente cierto aquello de que el plátano pasa más tiempo en la planta en el caso canario que en el de la banana (tres meses contra seis, de nuevo dudo que todas las bananas se cultiven exactamente igual) causa sorpresa que un producto “más natural” tenga cualidades nutritivas idénticas al más artificial.

En lo que pierden claramente los plátanos de Canarias es en la conservación. Muchas veces llegan al mercado productos que dan literalmente asco, todos renegridos, muy maduros. Con el cuento de que el plátano de Canarias tiene motas y un aspecto menos uniforme, venden bazofia incomible. Y es por eso que algunos preferimos las bananas que llegan del quinto pino, pero que llegan en buen estado de comestibilidad.

Creo que hay un grave problema de falta de profesionalidad en todo lo relacionado con el plátano. Con el cuento de que “no se puede competir con la mano de obra de Centroamérica” se sigue haciendo todo igual que hace veinte años. Eso sí, cobrando una parte de los beneficios en ayudas y subsidios. La cadena de distribución parece un poco obsoleta y la realidad es la que digo: los plátanos llegan a veces en un estado pésimo a los mercados. Pero oiga, que es producto español y hay que defenderlo.

A ningún país del mundo le interesan los plátanos de Canarias. Nadie trabaja, o consigue resultados, para intentar penetrar en otros mercados. Hay que defender el cultivo, sí, pero el cultivo no hace nada por ayudar.

Estoy a favor de que se potencien los productos españoles, aunque no sean los más rentables. Pero por favor, no me vendan más en televisión aquello de que saben mucho mejor unos que otros. Porque a pie de mercado, en la capital del reino, los plátanos de Canarias dan a veces pena. Un plátano perfecto tal vez sepa mejor que una banana perfecta. Pero en el mercado, en la realidad, están ganando las bananas.

Las excursiones de Halcón Viajes

Halcón Viajes es una agencia de viajes española. Forma un extraño comando dividido entre la aerolínea Air-Europa, el touroperador Travelplan y la propia agencia de viajes. Tres nombres diferentes pero todo es la misma cosa.

Al final no hay mucha competencia en agencias de viajes. Está la citada, Viajes el Corte Inglés, Barceló y Marsans. Hay algunas más pequeñas, hasta llegar a las agencias de barrio.

Mucha gente habla de la agencia del Corte Inglés como “garantía de calidad”. Lo típico es ir toda la vida con empresas “bajunas” como Halcón Viajes o Barceló, sin tener ningún problema pero luego ir en el carísimo viaje de novios con la desconocida “El Corte Inglés” porque da garantías.

Al final los destinos son tan parecidos que hay una mezcla infinita de intermediarios que acaban provocando que en determinados lugares todos los operadores acaben con el mismo avión y el mismo hotel. Asín que hablar de “calidad” muchas veces carece de sentido, ya que tanto unos como otros te tratan por igual, mientras que unos cobran más que otros. Por exactamente lo mismo (mismo vuelo, mismo autobús que te recoge en el aeropuerto, mismo hotel, mismas excursiones).

Lo que diferencia a una agencia de otra es, en todo caso, la gestión de los problemas. En eso puede que unas sean mejores que otras. Aunque normalmente no habrá problemas.

Ya he viajado con Halcón Viajes varias veces y he tenido problemas bastante gordos pero he seguido usándolos. Creo que tienen para ciertos destinos normales y corrientes una relación calidad-precio muy aceptable. Y como tienen mucha clientela lo tienen todo muy automatizado y organizado. En las agencias te dedican mucho tiempo a la atención, aunque salgas sin comprar nada.

En fin, que como agencia de viajes me parecen muy correctos y son mi opción principal. No me gusta tanto comprar por Internet porque es ahorrarte pocos euros (realmente cantidades insignificantes) y a veces en Internet te quedas con el problema de que no tienes factura; Ni siquiera algo parecido a un billete de avión. Te la juegas con un localizador, que tienes que presentar en hoteles, aviones y en todas partes. Mientras, te encuentras delante de ti a algunos compradores pardillos que han gastado cuatro duros más pero tienen un montón de papelotes que dan imagen de seriedad.

Lo que me parece maravilloso de Halcón Viajes y las otras agencias de viajes que he visto en mis habituales vacaciones poco glamurosas, son las excursiones que organizan.

La gente se suele quejar de lo caros que son los SMS, que para las operadoras de telefonía son casi beneficio puro. Pues bien, las excursiones de Halcón Viajes (mediante Travelplan) son lo más parecido que existe al beneficio puro.

Las excursiones suelen compensar, pues te quitan muchos quebraderos de cabeza. No conduces, no reservas, no tienes que esperar colas, no tienes que buscar en un mapa los destinos privilegiados, no tienes que coordinar horarios. Las he usado y las seguiré usando. Pero eso no quita que me parezcan a menudo una tomadura de pelo.

Me molesta los aires mafiosos con que tratan de venderte las excursiones. Saben que son caras y te las intentan vender lo antes posible. Incluso con el paquete de vacaciones, te sugieren que las vayas reservando “por si luego no hubiera plazas”.

Eso es de risa. Si hay muchas plazas, fletan dos autobuses. Que lo he visto. Y si hay pocas plazas, cancelan unilateralmente la excursión.

De todos modos, lo habitual es que llegues al hotel, y al día siguiente tengas una cita con un agente de la agencia que te explicará las características de tu destino y tratará de mostrarte las distintas excursiones que se pueden realizar.

La cita la organizan de inmediato, en parte porque los turistas pasan poco tiempo en los destinos y hay que aprovechar cada día al máximo. Pero en parte para tratar de pillarlos aún despistados y desorientados. Son fáciles de convencer porque la tarjeta de crédito aún no ha empezado a echar humo.

En la cita de las excursiones le echan una cara tremenda. “No recomendamos alquilar coches” a veces se atreven a decir. Pero al mismo tiempo te pasan un folleto con sus coches de alquiler. También te sueltan el rollo del seguro. Es que las excursiones de la competencia no las aseguramos ni recomendamos. Oiga, que las excursiones de la competencia las asegura la competencia, y hay un seguro obligatorio así que no pasa nada.

Suelen dar mil argumentos a cual más falaz para no ir a los destinos “por libre”. Que si habrá unas filas interminables para comprar la entrada. Que si hay que reservarla antes. En fin, que compres la excursión de las narices.

Si abres los ojos un poco una vez estás en tu destino vacacional verás decenas de ofertas de otras compañías, a veces locales, que ofrecen excursiones, a veces copiadas al milímetro, a las de Halcón Viajes. Y los precios suelen ser sensiblemente inferiores. Para evitar que te des cuenta de todo esto, tratan de que las contrates con ellos lo antes posible.

De nuevo te intentan indicar que el único momento posible para reservar la excursión es ese. Acabas de conocer que existe un viaje en camello entre Benidorm y Calpe, al precio de 100 euros y tienes aproximadamente dos minutos para decidir si lo quieres o no. Es un método de venta agresiva que desconcierta.

Lo cierto es que las excursiones las puedes comprar aunque no seas un viajero de esa agencia y las puedes comprar en cualquier momento de tu viaje porque son beneficio puro para el operador que está encantado de vendértelas. En mi caso, fui a Nueva York por libre y contraté a mitad de viaje una excursión de Viajes El Corte Inglés. No tuve a un agresivo vendedor de viajes, sino que fui a sus oficinas, tras pensarlo todo lo que quise y más.

Lo habitual es comprar dos o tres excursiones en un momento. Y luego si vas a la primera y ves que es un desastre de organización no hay vuelta atrás porque ya están pagadas las otras dos, que serán por el estilo y no hay posibilidad alguna de devolución. Eso sí, si no llegan al mínimo posible de viajeros, se anula la excursión. Y estaría por ver cómo te devuelven el dinero.

En la excursión siempre te dicen que te recogen en tu propio hotel, y eso suele ser cierto. Pero claro, te recogen a ti y a los demás. Muchas excursiones suponen fácilmente entre una y dos horas dedicadas a recogida y devolución de pasajeros. Lo cual es verdaderamente desesperante. No resulta muy comprensible la ruta seguida por el conductor, que normalmente es por el propio interés, sin respeto por los viajeros. Es decir, si el hotel Cervantes está en el quinto pino, normalmente recoge primero a esa gente (les toca madrugar) luego hace toda la ruta y llega al hotel mejor situado casi una hora después (madrugan menos). Pero en la vuelta pasa a devolver a los pasajeros empezando por el hotel bien situado y finalmente a los tristes viajeros del hotel Cervantes, que pueden haber pasado fácilmente dos horas más en el autobús que todos los demás.

Sería mucho mejor para casi todos que la recogida se hiciera en un lugar céntrico, bien comunicado. Luego no se pierde tiempo en la ruta de los hoteles.

El autobús lo intentan llenar al máximo. Piensa que un autobús con 50 plazas, en las que cada pasajero haya puesto 20 euros ya está recaudando 1.000 euros. Que ya son euros. Y las excursiones no suelen costar 20 euros, sino muchos más. Una excursión de ocho horas (desde que te recogen hasta que te sueltan) estará en torno a los 50 euros (sin que haya que pagar ni una sola entrada). 50 x 50 = 2.500 euros. Con tres excursiones como esta pagas el sueldo del conductor y del guía. Ponle otra dos excursiones para pagar la gasolina. Y el resto de días del mes (17) ya son de beneficio puro para el organizador.

Pero lo mejor de todo es que la única fuente de ingresos no es el viajero. Es más, quizás sea la menos importante. Si hay entradas a monumentos, ellos incluyen el precio dentro de la excursión (lógico) pero incluyen el precio individual, no el descuento por grupo.

Es decir, si la excursión incluye una visita al museo de Artes y Oficios de Leganés, y este museo tiene una entrada que cuesta 15 euros, pero 12 euros para grupos, ellos le suman al precio de la excursión 15 euros. 3 euros más de beneficio. Ir a sitios que cobran entrada, como otra forma de ganar dinero.

Vamos bien. Hemos ganado dinero de los viajeros y de las entradas. ¿Por qué no parar donde Cristo perdió el mechero, que resulta que sólo hay tres puestos de souvenirs?. Viajar es hacer fotos y comprar suvenirs asín que con eso damos un servicio a nuestros viajeros.

La parada está patrocinada por los dueños de los tres tenderetes, que lo mismo pagan un tanto fijo por estar en la ruta del autobús que un porcentaje sobre las ventas. Si no fuera por el autobús, ellos no venderían nada, así que seguro que les toca pagar un buen dinero por conseguir que ese autobús pare en su zona y no en la de otros. Otro primo que paga por la excursión. Y ya van tres.

El cuarto suele ser del gremio de la restauración. Bares y restaurantes recomendados donde tomar café, parar para echar un pis (y de paso muchos compran algo). A veces la excursión incluye una comida, que suele ser de la peor ralea. He comido en un sitio de guía Michelín que tenía un acuerdo con Halcón Viajes. Se nota que habían regateado tanto en los precios que la comida que dieron era propia del más infame bar de borrachos. Y encima sin la más mínima capacidad de elección: de primero una sopa y de segundo un filete con patatas. Hasta el postre era unitario. Menu del día en el estilo originario de la expresión. Mientras, para el cliente dispuesto a pagar, una carta más gruesa que las páginas amarillas y los únicos animales que no figuraba en ella eran el lince ibérico y el dodó.

Pero la capacidad para estirar los ingresos por una excursión es infinita. Te venden postales y fotos dentro del autobús. Podrían dar clases de tai-chi si supieran que los viajeros estarían dispuestos a pagarlas. La última que vi fue muy reciente: un tipo iba grabando a la gente durante la excursión en todo momento. Luego al final te contaban que con eso montan un vídeo, con información de la excursión más cuatro imágenes deslucidas en las que sales tú bajando las escaleras del autobús o con la cara de alivio al salir del cuarto de baño del restaurante.

Lo del vídeo me pareció brutal, pues era bien caro (30 euros, cinco euros más caro si preferías DVD a cinta de vídeo ¿?). El cámara corre un riesgo (es una empresa externa a la agencia de viajes) pues lo mismo que puede hacerse de oro vendiendo 25 DVD (la mayoría de los viajeros van por parejas) que puede encontrarse con que ha perdido un día entero sin vender ni una copia.

Eso sí que es emprender. Los viajeros más mayores las compraban, los más jóvenes veían la propuesta como una tomadura de pelo. En este caso el grabar a personas que no han firmado ningún papel y que no pueden acceder a estas imágenes es algo que puede ser sancionado con una multa exorbitante de la agencia protectora de datos. Seguro que la agencia de viajes no pierde nada, pues ellos se limitan a poner la mano a este nuevo primo de la cadena de pagos de la excursión.

Eso era, una excursión es como un cerdo. Todo se puede aprovechar y a todo se le saca beneficio. Lo malo es cuando, a veces, se olvidan de la propia excursión. De que hay que enseñar los lugares pintorescos y dar algunas explicaciones. Porque a veces se vuelcan tanto en su negocio que te hacen pasar media hora en un puesto de baratijas, mientras que en el lugar más importante de una ciudad, a la que has tardado media hora en llegar, apenas un par de minutos, lo justo para disparar un par de fotografías. Incluso pueden enmascarar sus filigranas como atracciones encubiertas (comida típica de la región, degustación de productos autóctonos, visita al barrio comercial).

Por lo general sólo dan explicaciones dentro del autobús. Si vas a un museo, te cuentan detalles sobre él antes de verlo, pero una vez dentro, estás a tu aire, nadie te explicará información sobre las obras que contiene. Los guías suelen limitarse al autobús, fuera de él ya estarían dispuestos a usar el cuentakilómetros.

Otro detalle que no puede dejar de indicarse es la falta de factura en todo lo relacionado con las excursiones. Bien que hablan de seguro y tal pero lo normal es darte un papelote como resguardo y cuando subes al autobús tienes que entregar ese mismo papelote. O lo que es lo mismo, no queda constancia legal de que se ha producido una transacción comercial entre la agencia y el cliente. O lo que es lo mismo, que si por un casual decidieran no declararlo a Hacienda (si se pagan en efectivo es como si aquello nunca hubiera ocurrido). Me imagino que ellos declararán cada excursión que se haga. Pero con el sistema que eligen, bien podrían no hacerlo, pues no dejan facturas, me imagino salvo que las pidas a propósito. Si no pagaran a Hacienda sería ya la repara, pasarían a cobrar del primo más grande del mundo: todos los españoles.

Le echan mucha, mucha cara.

Three Wolf Moon T-Shirt

Hoy en día se supone que los efectos virales permiten conocer a mucha gente un determinado producto que destaca por lo ingenioso o llamativo del mensaje.

Hoy recibíamos la noticia de uno de estos efectos, pero mucho más inusual. Se trata de un producto del todo convencional al que los usuarios, por sus comentarios jocosos e irónicos sobre él, en la tienda virtual de Amazon, han encumbrado hasta desconocidos niveles de popularidad.

three-wolves-shirt

Una simple camiseta con tres lobos aullando a la luna. El diseño es un poco hortera y pasado de moda, pero no es especialmente penoso. Los lobos se agolpan en torno a la figura de la luna, en una imagen poco lograda. Pero todos hemos visto camisetas mucho peores.

Lo extraño de la camiseta, en principio, era su precio, de unos 35 dólares. Un precio elevado para un producto que no destaca por nada.

La primera opinión se escribió en diciembre de 2007, una inocente valoración sobre cinco estrellas. La siguiente opinión llegaría en junio de 2008. Obviamente la camiseta no estaba siendo un éxito de ventas, pero por puro azar dos personas habían asignado una puntuación de cinco estrellas, la máxima posible, al producto.

Estas dos opiniones son las típicas que se pudren enterradas bajo descripciones más inteligentes y detalladas de un producto. La segunda:

Los lobos en esta camiseta son encantadores, ¡Casi puedes oír sus aullidos! La camiseta es de excelente calidad y el diseño es bonito. Estarás orgullosa de vestirla!

Aquí, si no me equivoco, es cuando intervino un error de diseño de Amazon. En un momento dado, los productos con más de una revisión, contaban para la lista de productos más valorados. Sin importar cuántas opiniones tuviera dicho producto. Es decir, que si buscabas una camiseta y ordenabas por las más valoradas por los usuarios, esta figuraba entre ellas: dos opiniones, 100% de personas le da máxima puntuación.

La vi hace unos meses y pensé lo que estoy contando ahora, me llamó sobre todo la atención el precio altísimo. Pero hubo una persona que fue aún más lejos, decidió comentar al respecto en tono irónico, en noviembre de 2008. Y en lugar de criticar, ¿Por qué no darle otra valoración de cinco estrellas? El texto es ingenioso y está muy elaborado:

Este producto tiene lobos en él, lo cual lo hace ya de por sí dulce y merecedor de las cinco estrellas, pero una vez te pones la camiseta, la magia ocurre. Después de asegurarme que la camiseta cubría mi barriga, cuando me bajé de mi trailer rumbo al supermercado Wal-mart, las mujeres empezaron a acosarme. Las mujeres reconocieron por los lobos en mi camiseta que yo era, como un lobo, un ser misterioso y solitario que sabe como “invocar a la luna” de vez en cuando (ya me entendéis). Las mujeres se me acercaban con propuestas de que fuera su novio o les diera dinero para algo que ellas llamaban anfetas. Les dije que no, porque no tenían suficientes dientes y, la verdad, un hombre con una camiseta de lobos no se conforma con lo primero que se tropieza.

[…]

Ventajas: Me cabe a pesar de mi enorme barriga, tiene lobos en ella, atrae a las mujeres.
Inconvenientes: Sólo trae tres lobos (podría traer algunos lobos mas), no puedo ver los lobos cuando me siento con los brazos cruzados, los lobos estarían mucho mejor si brillaran en la oscuridad.

A partir de ahi, sólo llegaron dos comentarios más. Uno de alguien que verdaderamente la había comprado y le puso una valoración baja (2 estrellas) y otro que en la misma línea de los primeros, votaba con cinco estrellas con algo de inocencia.

Cinco reseñas, tres en forma exageradamente positivas, una muy divertida y una negativa. Ahí andaban los tres lobos. Pero el cuatro de mayo, cinco meses después de la reseña divertida, a la llamada de cualquier efecto viral, las opiniones positivas empezaron a dispararse. En pocos días ya eran cientos. Casi todas en plan divertido, casi todas dando cinco estrellas.

Y luego vino el resto, la camiseta era tan conocida, que merecía la pena comprarla. Y como un efecto bola de nieve, lo que empezó como una broma pasó a convertirse en uno de los superventas de Amazon, por delante de cualquier producto de éxito razonable. Y entonces saltó a las portadas de los periódicos.

Tras esa primera reseña tan ingeniosa, llegarían otras. Interesante es la reseña negativa más valorada. Obviamente también lo es en clave de humor:

Me compré esta camiseta con lobos porque, como sabéis, tiene unos preciosos lobos en ella.
Sin embargo, tras tres semanas con la camiseta, empiezo a pensar que algunos de los beneficios, tal y como los describen otras reseñas, son exagerados. Por ejemplo NINGUNA supermodelo se me ha acercado.
[…]

Esta es doblemente ingeniosa, pues a la vez es una parodia de las reseñas serias de otros productos.

La camiseta es divertida y la historia también. Lo que más me ha gustado es ver cómo hay un submundo de personas que se dedican, en lugar de a rellenar infumables artículos de la Wikipedia, a realizar reseñas divertidas de productos convencionales.

Por ejemplo, una simple botella de leche.

tuscan-milk

La garrafa de leche Tuscan, que nada tiene de especial sobre otras, tiene 663 votos con la máxima nota. Las opiniones son divertidísimos ejercicios de estilo. Hasta le han dedicado unos versos y de bastante calidad. La que destapó a la leche Tuscan de su anonimato es la opinión que nos avisaba de que:

Y entonces, fue cuando le conocí. Estaba cansado de esta vida conmigo, cansado de traer a casa la leche entera Tuscan, de un galón y 128 onzas, de decir lo obvio: “¿Ha alguno de vosotros probado a derramar esta cosa sobre muesli? El resultado es IMP-PRESIONANTE.

Destrozando el algoritmo de productos relacionados de Amazon, que te recomienda otros en función de los patrones de visitas de los usuarios, como producto sugerido ante una garrafa de leche aparece, además de la camiseta de los tres lobos y la luna, ¡Un tanque de verdad!

El tanque cuesta 20.000 dólares y bueno, no hace falta decir que es algo bastante bizarro para ser comprado online.

tanque

Las opiniones son todas jocosas, más de 200 cuando cuesta pensar que hayan podido vender uno sólo de estos productos.

Por fin un tanque en el que puedes confiar.

Práctico, asequible, con estilo y sobre todo, de conducción agradable.

Y gracias a los tres lobos podemos encontrar todo un mundo de maravillosas extravagancias. Basta con navegar un poco por las páginas relacionadas con dicho artículo. Por ejemplo:

Objetos raros en Amazon.
Polvo de uranio, para testar detectores de radioactividad.
El libro Pride and Predjuice…and zombies.
La guía Cómo vivir con un gran pene Consejos, sugerencias y sabiduría para los hombres que tienen demasiado.

Vía: Inusual Bussiness Ideas that Work (es un splog).

J.P. Morgan

Biografía de J.P. Morgan

Empezaré explicando porqué me leí una biografía de J.P. Morgan. La razón principal es muy sencilla: porque vi un libro sobre su vida cuando estuve en Strand Books (Nueva York).
El libro era de esos que están usados pero parecen nuevos. Sólo costaba 7 dólares, lo que al cambio en euros es una cantidad ridícula, menos de lo que cuesta una revista técnica.
Desde luego, a nadie en su sano juicio le llama la atención la vida de J.P. Morgan. Ese es quizás uno de los atractivos. Normalmente las personas a las que admiramos producen unas biografías decepcionantes. Aquel que creíamos grande se nos antoja demasiado humano. Lo que entendíamos como genialidades se nos presentan como consecuencias de influencias anteriores en su vida. Es como la explicación técnica de una gran historia, mejor no saberla.
Así, partimos de la biografía de una persona que no nos interesa o por la que no sentimos nada en particular. Nos podemos fijar más en los detalles intrascendentes, apreciamos más los personajes auxiliares. Y sobre todo no hay partes de la historia que ya conozcamos.
John Pierpont Morgan (1837 – 1913) es conocido como el banquero más importante de la Historia. Fue una de las personalidades fundamentales de finales del siglo XIX en Estados Unidos, una época histórica de enorme interés. Sólo por conocer mejor su tiempo, merecía la pena intentar leer el libro.
He de reconocer que tras 100 páginas decidí dejar de leerlo, porque me parecía muy aburrido. Pero al final pensé en continuar con un capítulo más y para mi sorpresa acabé terminando el libro (tiene 700 páginas, más otras 100 en notas y bibliografía) y disfrutándolo.

Educación de J.P. Morgan

Un hecho fundamental para entender la vida de Morgan es que su padre, Junius Spencer Morgan (1813-1890) fue también un banquero importante, que comenzó a trabajar en la firma inglesa George Peabody & Co.
Junius Morgan (el padre de J.P. Morgan) había nacido en Estados Unidos pero desarrolló su carrera profesional en Inglaterra, tratando de hacer a las empresas, particulares y al propio gobierno americanos más fácil el acceso a la financiación con dinero europeo.
La familia de J.P. Morgan era bastante acomodada pero el padre no le dio a su hijo una educación entre almidones. Desde muy pronto se vio que Morgan era un niño enfermizo. Tuvo que realizar viajes desde muy joven (con apenas quince años) sólo. Por ejemplo pasó casi un año entero en Madeira, esperando que el aire sano de esas islas le fuera bueno para los pulmones.
J.P. Morgan estudió un año en Suiza – en francés – porque su padre pensaba que los idiomas eran muy importantes para los negocios (estamos hablando de 1850). Tras estudiar durante un año allí y aprender esa lengua, estudió en la Universidad alemana de Göttingen, donde aprendió un alemán aceptable.
Durante su formación europea J.P. Morgan consiguió algo que era muy infrecuente en el mundo de los negocios: ser una persona culta. En su juventud J.P. Morgan tuvo la oportunidad de viajar a menudo por Italia, conociendo las enormes riquezas culturales de dicho país, antes de que las Guerras Mundiales pasaran sobre él. También estuvo con frecuencia en París y Londres, por lo que no sólo conoció el mundo del arte sino que le gustó.
Hay que puntualizar que en aquella época había una división entre las clases cultas y las empresariales. Normalmente el que era culto lo era por ser de buena familia y no necesitaba trabajar para sustentarse. Antes era incluso más complicado ser culto y vivir de ello. En el otro lado, los empresarios se volcaban en cuerpo y alma a sus empresas. Era una tarea que exigía las 24 horas del día. Uno no podía hacerse un hueco en la jungla de los negocios. Además que antes aprender de arte era mucho más difícil que ahora, por cuanto la información estaba mucho más dispersa. Por todo esto, J.P. Morgan se convertiría en un personaje absolutamente excepcional.
Al terminar su formación el padre lo mandó a las oficinas de su banco en Nueva York.
Como ya hemos dicho, Junius Morgan trabajaba para un banco británico especializado en “colocar” productos americanos. Era como una especie de empresa de exportación, pero en lugar de traer madera o textiles lo que traía eran acciones de empresas americanas o deuda de un banco estatal o bonos convertibles. Como en tantos otros negocios, lo importante no es lo que fabricas sino el poder venderlo, de ahí que la actividad principal se desarrollara en Londres, donde se fabricaba el dinero. La oficina americana de Nueva York proponía y la de Londres decidía si entrar en el negocio y se encargaba de vender el producto.
Así, J.P. Morgan marchó para la menos importante oficina de Nueva York y tuvo un trabajo de poquísima categoría, simplemente recibiendo y enviando los mensajes (por entonces por correo mediante barco) entre las dos oficinas.
El trabajo no tenía ningún interés, pero su padre le quiso justificar la importancia y trascendencia de ese puesto: “El chico de los recados se entera de todo de primera mano. Tienes que estar siempre muy atento a lo que ocurra en todas partes. Abre bien los ojos.”
Esto contrastaba con la vida del joven Morgan, que era muy acomodada y no exenta de lujos. Este tipo de pruebas “empezando desde abajo” ahora son muy comunes en las grandes fortunas empresariales. Un par de semanas en los infiernos. Los ejecutivos de McDonald’s pasan una semana al año en las cocinas de una de las franquicias. Todos los años.
El caso es que J.P. Morgan se sentía menospreciado por su padre. Pronto le pasó a trabajar en otro banco en un mejor puesto, pero siempre bajo la supervisión de su padre.
En esa época el enchufismo era muy habitual. Pero no endogamias empresariales, sino que se aceptaban familiares entre distintos bancos. Yo contrato a tu sobrino y tú a mi yerno. La historia de los bancos en que trabajó Morgan siempre está rodeada de los mismos apellidos.
Los primeros intentos de J.P. Morgan por hacer algo propio, al margen de su padre, fueron compras de acciones en bolsa. Su padre sin embargo le dijo que no hiciera algo así, que era una muy mala práctica, en contra del negocio bancario. Con los años J.P. Morgan iría cada vez oyendo más a su padre y menos a sus propios instintos iniciales.
Las aventuras especuladoras en bolsa de J.P. Morgan le dejarían el mal sabor de boca de las pérdidas. Por un lado no le gustaba la larga sombra de su padre, un banquero tal vez no muy importante pero sí de un prestigio y buen nombre notables. Había probado seguir su propio camino y no había funcionado.
En más de una ocasión Morgan se plantearía la retirada completa del negocio bancario. Le gustaba viajar, las mujeres y los lujos. Le gustaba el arte y lo exquisito. Pero trabajar era muy aburrido. Al principio se escudó con largas vacaciones, de a lo mejor cinco y seis meses seguidos. En cierta ocasión anunció su definitiva retirada. Pero acabó volviendo al trabajo.

Vida amorosa de J.P. Morgan

Su vida amorosa se vería truncada con la muerte de su primera mujer, Amelia Sturges, probablemente de tuberculosis. Morgan, un hombre de salud débil y con tendencia a la depresión, tuvo la desgracia de casarse con una mujer que le hacía inmensamente feliz pero que murió pocos meses después de su boda.
Esta experiencia le marcaría para siempre, tal vez no sería feliz pero le ayudaría para tener ese punto de indolencia, de no importarte las cosas tan necesario para sobrevivir. Si quieres salvar lo que tienes, te vuelves conservador y te mantienes. Pero si no tienes nada que perder, porque ya lo has perdido todo, eres realmente audaz y valiente.
Años después Morgan se casaría de nuevo, con Frances Louisa Tracy. Pero este matrimonio sería un fracaso. Fanny simplemente sería la madre de sus hijos, pero harían vidas totalmente separadas. De hecho se solían evitar. Cuando el uno estaba en Europa el otro se marchaba a América y para cuando el primero pretendía retornar el otro ya estaba pensando en hacer lo mismo. Esta forma de comportarse la había aprendido Morgan de sus propios padres.
En realidad era algo bastante común en aquella época. Uno se casaba y luego se buscaba una mujer que le gustara. A diferencia de ahora en que tal vez se optaría por las prostitutas o mujeres jóvenes ajenas a nuestro círculo, lo que se estilaba a finales del siglo XIX eran las relaciones con otras mujeres en condiciones similares a la que uno despechaba. Así, Morgan tuvo relaciones con esposas de algunos de sus amigos, mientras que sus amigos las tenían con esposas de otros amigos. Aunque nada dice el libro, probablemente la mujer de Morgan estuvo con alguno de sus amigos.
Desde luego no era una orgía desenfrenada. Uno elegía una mujer que fuera acorde a sus gustos y tenían una aventura que aunque era más o menos evidente, no del todo clara. Los periódicos se financiaban no contando estos cotilleos, recibiendo dinero a cambio de no publicar lo evidente. Una extraña forma de prensa rosa por omisión. El periodista narraba los hechos sin dar los nombres de los amantes, de forma velada. “Un acaudalado chico joven de familia irlandesa ha sido visto con la hija de un empresario de telas”. Entonces el acaudalado chico joven pagaba un dinero y no se volvía a hablar del tema. Su nombre completo nunca aparecía impreso.

Banqueros de segunda categoría

Junius Spencer Morgan, el padre del famoso banquero, fue escalando posiciones en la banca mundial de forma tranquila. Trabajando bien y dando confianza a los clientes. Fue un ascenso lento pero constante. Las crisis que golpeaban Europa a finales del siglo XIX iban eliminando competidores de la carrera mientras que los que trabajaban bien sobrevivían. Poco a poco la figura del mayor de los Morgan iría adquiriendo una posición de mayor importancia.
No dejaban sin embargo de ser banqueros de segunda categoría. El bacalao lo cortaban los Rothschild y los Baring. Estas dos sagas de banqueros eran los primeras espadas de la banca mundial. Cualquier movimiento importante de dinero pasaba por sus manos. El resto de bancos podía colaborar con ellos, pero siempre en un segundo plano.
Ese era el lugar de los Morgan, que aún así destacaban en el vagón de los segundones. La apuesta por la economía americana de Junius Morgan sería lo que les haría brillar con el tiempo. Aunque Junius Morgan se había marchado de su país para hacer fortuna en Inglaterra, tenía una confianza absoluta en que los Estados Unidos eran el futuro. Y tras la Guerra Civil, la economía americana crecería a unos ritmos vertiginosos.
Una frase que me ha dejado marcado y en la que no puedo dejar de pensar es la que dijera sobre la economía de los Estados Unidos. Dice J.P.Morgan:

Una cosa que siempre me decía mi padre era que no fuera pesimista sobre el futuro de América. “Recuerda hijo mío”, decía, “que todo hombre que sea bajista (bear) sobre el futuro de este país, se arruinará. Siempre habrá muchas ocasiones cuando las cosas se oscurezcan y los nubarrones se ciernan sobre América, cuando la incertidumbre causará mucha desconfianza y la gente pensará que se ha llegado a niveles de sobreproduccion, demasiada construcción de ferrocarriles y demasiado desarrollo de otras empresas. En esas épocas y siempre, ten en mente que el crecimiento de este gran país se encargará de todo eso.”

Poco a poco J.P. Morgan fue asumiendo su lugar respecto de su padre. Empezó a entender la forma de entender los negocios de Junius y acabó aceptando su lugar secundario respecto de su padre. Pero lo haría de una forma positiva, como el que se supedita a un buen General. Morgan entendió que su padre era un gran banquero y que a pesar de que se podían hacer las cosas de una forma diferente, el estilo correcto era el seguido por su padre: trabajo duro, ganarse el respeto de los clientes, precaución en las inversiones.

El gran J.P. Morgan

Al final la grandeza de Morgan como banquero no es más que la consecución de los triunfos del padre, que fue una hormiguita que apostó a caballo ganador. J.P. Morgan brilló en algo que le caracterizaría: elegir buenos caballos.
La apuesta de Junius por Estados Unidos acabó dando buenos resultados y en poco tiempo la oficina de su banco en Nueva York era la realmente importante. Para entonces J.P. Morgan estaba al cargo de la misma y los buenos negocios abundaban. Además, la cautela de Morgan le impidió dar un pelotazo pero le sirvió para anotarse numerosos éxitos modestos y continuados.
El tiempo puso a J.P. Morgan en el centro de la economía mundial. Con una formación excelente, contactos por todo el mundo y de calidad, una forma de trabajar impecable y un toque de suerte, Morgan continuó el trabajo de su padre demostrando la valía. Si su padre hubiera vivido 170 años habría sido el mejor banquero del mundo. Al no tener tanta longevidad, el título fue a parar a su hijo.
Mérito propio de J.P. Morgan fueron sus inversiones en productos por entonces muy novedosos: la electricidad de Edison, una apuesta personal de Morgan, que siempre creyó en las posibilidades de Thomas Edison y financió sus invenciones. Los ferrocarriles y otras formas de transporte, que siempre fueron algo muy azaroso, para cuando J.P. Morgan tomó las riendas del banco eran una inversión con enormes posibilidades de éxito.
De la forma de trabajar de Morgan destacan dos aspectos. El primero era su habilidad para destrozar empleados. Conseguía que la gente se implicara tanto con él, que muchos se dejaban la salud en el camino. Esto se llegó a convertir en una de las mayores desventajas de trabajar para Morgan y la razón por la que le rechazaban generosas ofertas de trabajo. Muchas de las personas que trabajaron para Morgan murieron muy jóvenes.
Y esto en parte se debe a la segunda de sus peculiaridades con el trabajo. A pesar de haberse criado en un entorno en que las relaciones siempre eran casi aristocráticas, con sagas familiares de banqueros, Morgan eligió el camino de trabajar con los mejores, sin importarles ni su origen ni su familia. El hecho de que contratara a un banquero italiano, Egisto Fabbri, en sus inicios ya fue casi un escándalo. Con el tiempo su padre le reconocería su acierto eligiendo a una persona tan válida. Para dirigir su propia biblioteca eligió a una mujer, que además era extranjera (en realidad era americana e hija de un negro pero prefirió hacerse pasar por portuguesa para disimular sus exóticos rasgos).
Morgan tenía problemas para delegar, pero no para elegir a personas muy capaces. No era tímido ofreciendo condiciones generosas, a veces extraordinarias, a los mejores hombres de negocios. Y cuando confiaba en alguien, era casi imposible que perdiera esa confianza. Esto es más un defecto que una virtud, pues algunos se aprovecharon de él. En el momento que elegía a alguien para un cargo, le exigía lo máximo, pero confiaba plenamente en su subordinado. Le dejaba trabajar con total libertad.

El legado de J.P. Morgan

Lo que John Pierpont Morgan haría, a diferencia de su padre, fue centrarse en el negocio de las consolidaciones de empresas. Fusiones entre potenciales competidores en una época en que la situación casi lo exigía. Morgan era respetado por todos y gracias a ello conseguía tratos inverosímiles entre empresas enemigas acérrimas. Y en cada una de esas consolidaciones el conseguía un gran trozo del pastel, pero sobre todo el colocar a personas de su confianza en el Consejo de Administración de esas nuevas compañías.
Conforme se iba haciendo mayor, Morgan controlaba de forma indirecta más y más negocios. En los ferrocarriles tenía control sobre algunas de las líneas más importantes del país. En la electricidad consolidaría las competidoras formando General Electric. Y en el que se llamó El negocio del siglo (del siglo XX, y tuvo lugar en 1901) consolidó las principales empresas acereras, formando United States Steel Corporation, la empresa más importante del mundo.
Normalmente de estas consolidaciones Morgan obtenía más poder que dinero. Aunque es cierto que poco a poco las cantidades de dinero ingresadas fueron creciendo hasta llegar a unos niveles de riqueza desmesurados. Todo el mundo estaba ganando dinero porque la economía estaba en un enorme auge. Y encima no había guerras.
Según envejecía, Morgan fue desvinculándose poco a poco de los negocios. En cierto modo, ya era muy viejo y los nuevos tiempos exigían retos para los que no estaba preparado. Tras años controlando cada detalle del negocio, fue apartándose y dejando su lugar a las nuevas generaciones. Entonces se dedicó al arte, que había abandonado durante décadas.
A diferencia de otros millonarios de su época, que creaban colecciones ostentosas inspirados por la opinión de expertos, Morgan tenía opinión y conocimientos propios. Mientras otros como Henry Clay Frick conseguían pasar a la historia por el excelente Museo Frick de Nueva York, y no por las tropelías realizadas en los negocios del acero, Morgan coleccionaba por gusto, porque le gustaba el arte y las cosas que compraba.
Sólo por el legado artístico de Morgan, merece un lugar propio entre los benefactores de la Humanidad. La grandeza del Metropolitan Museum of Art, uno de las colecciones de arte más extraordinarias del mundo, se debe al afán de Morgan por atraer arte europeo a los Estados Unidos. También el Museo de Ciencias Naturales le debe mucho a este banquero. Y su joya entre las joyas: la Biblioteca Morgan.
Oculta entre tanta majestuosidad en Manhattan, la Biblioteca Morgan es una de las atracciones más ocultas de la ciudad de los rascacielos. Puesto que Morgan no podría conseguir las colecciones de pintura que cualquiera hubiera deseado, se especializó en piezas pequeñas. Y es en ellas en las que su colección no tiene igual. Nadie tiene tantas Biblias originales de Gutemberg como su colección. O tantos incunables. O primeras ediciones de obras maestras de la Literatura. O barajas de Tarot antiguas.
Pero si hubiera que resumir la vida de Morgan en un hecho, ese sería su actuación en la crisis de 1907. La Bolsa había caído un 50% desde máximos y los bancos quebraban uno tras otro. La situación económica era desesperada y el viejo Morgan, semi retirado de los negocios, se encargó personalmente de solucionarla. Para ello convocó a los banqueros de Nueva York, se reunió con el Presidente de los Estados Unidos y en unas actuaciones relámpago tomó las medidas necesarias para evitar el colapso del sistema económico.
Morgan actúo como siempre solía hacerlo: pensando en sí mismo como un hombre más allá del Bien y del Mal. No porque temiera perder sus propiedades o verlas mermadas, sino porque entendía la labor bancaria como un sostén de toda la economía. Y que por ello contraía una responsabilidad a la que debía supeditarse.
Por eso, en vez de mantenerse al margen, decidió hacer lo imposible, correr riesgos que había despreciado durante toda su vida, por salvar al país de una crisis atroz. Ahora que vivimos inmersos en una, entendemos la necesaria intervención de los Estados para controlar el caos y evitar las caídas en cadena. Morgan actuó por encima de los Estados, que no se sentían capacitados para intervenir, ni sabían cómo hacerlo.
Al final salvó la economía de los Estados Unidos, y de paso la Mundial, de una crisis que podría haber resultado terrible, quizás el preámbulo a lo que ocurriría en 1929. Y aunque en las altas esferas se le considerara un benefactor por su acción, era tal el odio que las clases populares le tenían que decidieron juzgarle no como el salvador sino como el provocador oculto de la crisis.
La compra de una de las empresas que hubo que forzar para evitar su quiebra y la consiguiente cadena de caídas se entendió como un negocio redondo. Se habló de que Morgan había provocado la crisis para poder salir reforzado de ella. Lo triste es que por ello tuvo un juicio muy severo, cuando ya estaba al margen de los negocios. Ese juicio destrozó su salud y le causó la muerte pocos meses después.
Es cierto que Morgan cometió numerosas irregularidades y delitos de cuello blanco durante su carrera profesional. Pero comparado con sus coetáneos, casi mereció ser santificado. Morgan nunca trabajó por conseguir más dinero, lo hacía por crear un mundo mejor. Un mundo con más dinero, eso sí.
La idea del crédito de J.P. Morgan quedaría plasmada en una de las sesiones de ese juicio a toda su carrera, el Pujo Committee. El fiscal le interrogaba sobre sus negocios y Morgan, de vueltas de todo, respondía con una honestidad preocupante. El fiscal pregunta, Morgan responde.

¿La base del sistema financiero es el crédito, verdad?
No siempre. El crédito es una evidencia del sistema financiero, pero no es el dinero en sí mismo. El dinero no es más que oro.
¿Entonces el crédito no está basado en el dinero? ¿Los bancos no prestan dinero a los hombres y las instituciones porque esperan que haya dinero que garantice estos préstamos?
No señor. Es porque la gente cree en esos hombres.
¿Y si esos hombres no tienen nada de valor?
Un hombre puede no tener nada de valor. En una ocasión un hombre vino a mi oficina y le di un cheque por valor de un millón de dólares cuando yo sabía que ese hombre no tenía ni un céntimo.
¿Pero eso no son negocios, no?
Si, desafortunadamente sí lo son. Aunque no creo que fuera un buen negocio en cualquier caso.
Pero entonces, ¿El crédito no se basa en el dinero o las propiedades?
No señor: por encima de todo está el carácter.
¿Por encima del dinero o las propiedades?
Por encima del dinero, de las propiedades o de cualquier otra cosa. El dinero no puede comprarlo, porque un hombre en el que yo no confíe no podrá conseguir ni un céntimo de mí aunque presente todos los bonos de la Cristiandad.

Las ONG como negocio

Las ONG (NGO en inglés, Organizaciones no Gubernamentales) suelen ser organizaciones sin ánimo de lucro que tratan de luchar por defender alguna causa que consideran muy justa: la defensa de los animales, de la naturaleza, de las economías locales, la libertad para abortar, la igualdad de sexos.
Profesionalización
Aunque no viene en las siglas, hay de fondo un axioma de toda ONG: el dinero se usa exclusivamente para la causa a defender. No hay beneficios, no hay dividendos. Los que trabajan en estas asociaciones suelen cobrar menos que en un empleo convencional. Simplemente reciben una satisfacción personal extra. Fabricar bombas de racimo es algo tan frustrante y poco realizador que merece estar bien pagado.
El alejamiento de la idea de beneficio, y por lo tanto de la gasolina que mueve el capitalismo, ocasiona no pocos problemas a estas asociaciones. Cierto es que el capitalismo es un gran mal, pero las alternativas, hasta la fecha, no lo han sido menos.
Las ONG se mueven en base a donaciones. No pueden generar dinero, por cuanto no producen nada tangible. Para conseguir esas donaciones, puedes esperar a que la gente haga el ingreso en la cuenta o salir a la calle a pedirlo.
Ahora bien, si tienes una actitud no capitalista, los “comerciales” que tratan de captar donaciones no pueden actuar bajo comisión, o esta no puede ser competitiva. De ahí que a un comercial profesional, un vendedor nato, le resulte más atractivo intentar vender las invendibles conexiones de ADSL de un operador malo antes que tratar de conseguir acólitos para una buena causa.
Si por ejemplo un vendedor de apadrinamientos a niños de El Salvador cobrara 30 euros por captación de cliente y el dato saliera a la luz quizás habría rechazo por parte de la sociedad. Podría perjudicar a la causa el que se supiera que del dinero que piensas donar, los tres primeros meses irán íntegros a la comisión del vendedor.
Asín que no se puede tener vendedores profesionales. Sin embargo las encantadoras estudiantes de tercer año de Medicina son un reclamo quizás mayor. No sólo lo hacen por amor al arte, o casi, sino que en lugar de esos apergaminados trajes muestran ropa joven y sonrisas inocentes.
Sin embargo la captación de donaciones tiene algunos de los mayores defectos de la acción comercial: Si te interesa la idea, no puedes llevarte el folleto a casa, pensártelo y enviar una contestación sin franqueo a un buzón. No; Tienes que dar todos tus datos personales y firmar ahí en caliente. Para que el comercial pueda contar su comisión, aunque esta probablemente sea más moral que económica.
El amateurismo de las ONGs tiene muchas ventajas pero también inconvenientes. Una organización de gran tamaño que tiene muchos amateurs en puestos de responsabilidad. No digo que hagan falta MBAs (másters en Administración de Empresas) por todo el organigrama de una ONG, pero sí que me parece lícito pensar que la restricción económica va a impedir contar con los mejores profesionales (un notable contraejemplo a lo que digo es la empresa sin ánimo de lucro Craiglist, quizás una de las más eficientes del mundo). Por eso hay estudiantes metidos a comerciales. Por eso piden en Calle Preciados en lugar del ingrato llamar puerta a puerta de los barrios.
La publicidad
Al hilo de esto, la forma de publicitar las campañas de estas asociaciones quizás sea muy mejorable. El chantaje emocional, el mostrar niños moribundos funciona pero sólo hasta cierto punto. Me imagino que se podrá abordar a la gente de formas más diversas. Siempre es lo mismo, que si las crías de focas asesinadas, que si el niño con el estómago hinchado, que si el 20% de enfermos de SIDA en el país ZZZ.
A mi me funcionaría que dijeran “somos gente concienciada y con tu dinero haremos algo bueno, sin malgastarlo” , con eso me valdría. Uno de esos anuncios como de Starbucks con los mismos estudiantes que tratan de vender suscripciones a la ONG, tomándose unas bebidas y hablando de salvar el mundo. Pues estupendo. Y es que encima sé que es verdad. Pero eligieron la campaña que toca la fibra sensible y ya sólo es arañarla y retorcerla. Primero te hablaban del niño, luego te lo mostraban. Más tarde ves el cadáver. Luego cómo lo tiran a un contenedor o fosa común. O el leproso justo cuando se le cae una falange. No hay mucho margen de mejora en esta forma de hacer publicidad.
Y luego está que usan las peores formas de publicidad. El spam por correo tradicional, por direcciones obtenidas de mala manera. Así puedo seguir de cerca las peticiones de Médicos sin Fronteras, que consiguieron mi dirección de correo de una tarjeta de crédito que tuve una vez por financiar la compra de un ordenador.
Es que me da igual el discurso que tengan, ven puerta por puerta pero no me mandes cartas al buzón porque das una imagen nefasta. Y las cartas que recibo son tan negativas que producen rechazo, tienen un tono de demasiada familiaridad: Todo esto pasa en el mundo y tú no estás haciendo nada.
Competencia
Entre ONGs no hay competencia de forma oficial. No son MacDonald’s vs Burguer King ni Coca-Cola vs Pepsi pero está claro que el que dona a Cáritas a lo mejor no lo hace a Médicos del Mundo. El dinero que uno destina a labores sociales es limitado (a veces igual a cero) y siempre habrá que elegir entre unas obras respecto a otras.
El caso más sorprendente de competencia velada lo muestra la película documental “An Inconvenient Truth”, sobre el cambio climático. El movimiento liderado por Al Gore, totalmente profesionalizado, ha conseguido eclipsar, de la noche a la mañana, a iniciativas que llevaban décadas trabajando de manera incansable. Casi han dejado en un segundo plano a la legendaria abanderada de la naturaleza: Greenpeace.
La atracción sobre el deterioro de la naturaleza coloca fuera del primer plano quimeras que antes recibían mayor atención: las guerras, la pobreza, el hambre en los países pobres. No he visto sus cuentas – como tampoco las de Pepsi – pero seguro que el flujo de donaciones hacia estas causas ha disminuido en los últimos años, al igual que la atención de los gobiernos.
Y como no se puede hablar de competencia, ni se puede argumentar diciendo que “mi causa es más justa”, pues surgen iniciativas bizarras como la de Acción contra el Hambre: No Hunger.
Han llenado de carteles las ciudades hablando de que Al Gore debería ahora hacer una película sobre el hambre y la desnutrición. En mi opinión es un sinsentido. Al Gore es un profesional y ha apostado por la lucha contra el cambio climático (prohibido hablar sobre él en los comentarios).
Es como pedirle a Casillas que ha sido tan buen portero que eche una mano en un equipo de hockey. Pues no, os tendréis que buscar a vuestro propio Casillas del hockey. Y mejor haríais tomando buen ejemplo: Al Gore era un desalmado cuatro días antes de empezar la historia del documental. Pero era un profesional. Quizás habría que mirar más entre los profesionales y menos entre la gente con buena voluntad (esto con grandes dosis de entrecomillado).
La propuesta de Acción contra el Hambre es lo más parecido a competencia que puede verse entre ONGs. Por supuesto habrá enormes diferencias e incluso rencillas, pero eso no puede airearse. La competición es sana, si se hace respetando las reglas. Pero el tragar odio sin decir ni media, eso no puede ser sano.
Segmentación
A diferencia de con los negocios en que la concentración es casi natural y los Estados deben establecer leyes para evitar caer en el monopolio, las ONGs se escinden hasta el infinito. Hay una ONG por cada enfermedad rara. Y no tan rara. Una por cada tipo de cáncer. Incluso ONGs para un tipo de cáncer y una ciudad del mundo.
Está claro que si uno está enfermo de sífilis y tiene pocos medios, puede recurrir a Cáritas o a Médicos sin Fronteras. Pero si hay una organización específica, tanto mejor.
¿Pero por qué cada vez hay más ONGs? Me imagino que, puesto que el dinero no es una prioridad, el poder ocupa un lugar preeminente. No es lo mismo ser cola de león que cabeza de ratón. Sobre todo cuando los dos cobran lo mismo: nada.
Para una ONG lo importante es tener un famoso que de la cara por la asociación, que sirva para la publicidad. Con eso da para tener un modesto presupuesto y acometer algunas acciones concretas. ¿Pero por qué no se fusionan la ONG de los derechos de los sifilíticos y la de los derechos de los leprosos?
Pues tal vez porque el presidente de ambas asociaciones quiere seguir siendo presidente. Y el único responsable de publicidad quiere seguir siéndolo. Y así con todo. Porque al no existir dinero de por medio, hay que cuidar al personal hasta ese punto, en que el bien común, el objetivo de la ONG, pasa a un segundo plano. Lo más importante es que los que trabajan en la ONG estén a gusto.
También hay que contar con el efecto linuxero. En Linux hay diferentes “sabores”, variaciones sobre la idea original de sistema operativo. Pero cuando en uno de estos “sabores” se producen discrepancias, a veces se producen escisiones (fork). Unos quiere que los botones salgan a la derecha y otros que a la izquierda. Al final cada uno saca su propia versión del sistema operativo y evolucionan por separado.
Este tipo de peleas no ocurren en las empresas. Se escoge una de las dos opciones (normalmente no la mejor) y todo el mundo lo acata. Pero en el mundo voluntario, no tienes por qué acatarlo y aunque a veces es bueno, también hay una parte negativa muy importante. Los que antes aunaban esfuerzos ahora trabajan por separado.
La justificación
En la economía del infame capitalismo, si tienes una mala idea es cuestión de tiempo que el mercado te ponga en tu sitio. Que nadie compre tus productos, que pierdas dinero o no lo ganes. Pero en el mundo sin ánimo de lucro no hay malas ideas.
Si a una ONG se le ha metido entre ceja y ceja que hay que construir un pozo en una aldea de Guinea, es en beneficio de esa aldea y ya estás tardando en aflojar unos cuantos euros. No digo que el pozo no sea bueno, pero a lo mejor se podía haber gastado ese dinero en otra cosa, como comprarle un par de burros a los mandamases del pueblo. O a lo mejor era buena idea no hacer nada en ese pueblo, que está a un paso de entrar en una guerra con el vecino y el pozo será ineludiblemente envenenado e inutilizado.
Las ideas surgen y no se cuestionan. A veces se toma el camino más cómodo. Si soy ingeniero, les construyo un puente para cruzar el río. Si soy informático, justifico que sin conocimientos de ordenadores, los niños nunca tendrán un buen empleo. Si defensora de las mujeres, la campaña será contra la ablación.
Una asociación extraña es la de los Profesión del Mundo. Hay Médicos del Mundo y qué duda cabe que en lugares problemáticos siempre faltan médicos. Pero con otras profesiones, la duda surge. A mi me escama el gremio de los Payasos.
Los payasos son una anacronismo, pero se les potencia como forma de luchar contra los males. Los niños necesitan reír, sobre todo los que están en un hospital. La risa es buena y da años de vida. Todo muy cierto, ¿Pero hace falta una ONG de payasos?
Lo bueno de los payasos es el amateurismo. Cualquiera puede ser o hacer de payaso; para hacer de médico hay que tener algunos años de estudios. o echarle mucha cara
Y disfruta más el disfrazado que los que ríen las gracias. Pero el beneficio real y la justificación para pagar los carísimos vuelos a África de unos cuantos voluntariosos estudiantes con narices de payaso, es cuando menos dudoso.

España en pequeño

Mi pueblo es bastante pequeño. En él vivimos 200 personas, si nos olvidamos de los jubilados, los enfermos, los niños y algunos pocos más. Somos 200 personas en edad de trabajar.
Aunque el pueblo no es muy grande, tenemos a 26 funcionarios (policías, bomberos, alcaldes, administrativos, concejales, etc.). Esos 26 funcionarios son unos privilegiados en los tiempos de crisis que corren.
Somos 113 hombres y 87 mujeres. Aunque entre los funcionarios el reparto es igualitario: 13 de cada sexo.
Con la crisis la situación del paro es bastante preocupante: tenemos trabajo 172 personas (26 de ellas no corren ningún riesgo de perderlo). Ahora mismo el pueblo tiene a otras 26 personas sin trabajo.
Y entre enero y febrero pasados, despidieron a otras tres personas. Ahora sólo tenemos trabajo 169 personas. Las previsiones hablan de un despido al mes (115.000), los pesimistas hablan de hasta dos.
Nota: Esto no es más que poner algunos de los datos (excel) de la Encuesta de Población Activa de 2008 para España en perspectiva.

La ley Volkswagen

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Caballo encabritado.
La región alemana de Baja Sajonia es una de las más grandes del país y tiene una población de ocho millones de habitantes.
Conocida por su prestigiosa que no antigua Universidad de Gotinga, el escudo de la región muestra un caballo blanco sobre fondo rojo.
El caballo levanta sus patas lo suficiente como para estar encabritado, pero no llega a ser un caballo espantado (como el de esta imagen).
En heráldica, el caballo con las piernas levantadas es un símbolo de:

La guerra, de la prontitud, ligereza, imperio, mando.

El símbolo del caballo es común en numerosos emblemas de Alemania. También hay un caballo en los escudos de Renania del Norte-Westfalia o la ciudad de Stuttgart (mucho más al sur de estas dos regiones).
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El escudo de Porsche.
Ferdinand Porsche (1875-1951) fue una de las figuras clave en la industria del automóvil a comienzos del siglo XX. Dejó su impronta en las compañías Daimler y Mercedes, ocupando cargos de relevancia. También fue un buen piloto de carreras. Finalmente en 1931 fundó su propia compañía, Porsche.
Suyo sería el diseño del Volkswagen, el coche del pueblo para Hitler. Posteriormente conocido como el escarabajo, su éxito de ventas se vio postergado por la Segunda Guerra Mundial. El escarabajo, un automóvil de precio asequible para los alemanes había sido diseñado en 1938 pero no consiguió comenzar a comercializarse hasta la década de los cincuenta, en que tuvo un enorme éxito.
Tras la II Guerra Mundial Ferdinand Porsche fue acusado de usar mano de obra esclava en sus fábricas (que pasaron de fabricar automóviles a armamento militar) y estuvo arrestado durante dos años. En ese periodo de detención trabajó para Renault, preparando diseños de coches.
Una vez liberado, volvió a Alemania y tomó de nuevo el control de su compañía de automóviles que sería desde entonces una de las más exitosas del mundo, símbolo inequívoco de calidad máxima y lujo exclusivo.
El origen del escudo de Porsche tiene toda una leyenda, que posiblemente no sea del todo cierta. Tomada de la siguiente página, dice:

Max Hoffman, el importador durante los 50,60 y 70 de Mercedes para EEUU era un tipo incansable, siempre en busca de llevar lo mejor de Europa a EEUU.[…]
Resulta que en uno de sus muchos viajes a Europa en busca de cosas nuevas se topa con un 356A en una carretera alemana. Hace parar al tipo del 356 como puede (el alemán flipa), le da un buen vistazo, le convence para dar una vuelta juntos y a Hoffman le encanta el coche. Se apunta en su agenda el fabricante y modelo, sede social y demás y se vuelve a los Estados Unidos.
Desde allí investiga hasta acabar dando con Ferdinand Porsche. Le invita a Nueva York para hablar de esos “coches pequeñitos de aspecto simpático con el motor atrás”, donde Hoffman tenía su oficina.
Ferdinand llega y se reunen para hablar y llegan a un acuerdo.
Durante la comida, Hoffman le platea a Porsche la necesidad de un logotipo, un emblema, algo que se reconozca a la legua, porque hasta entonces los Porsche solo llevaban como identificación las letras P-O-R-S-C-H-E” en morro y culo, en color dorado, y en EEUU la marca, el sello de la casa, era algo fundamental de cara al marketing de la nueva marca a importar.
Así que Ferdinand le dice “If all you need is a badge, we can give you one too” -si todo lo que necesitas es un emblema, también te lo podemos proporcionar”. Asi que, Porsche saca un boli, coge una servilleta de papel como las de los Foster´s Hollywood (esas grandes y gruesas) y se pone a dibujar… dos minutos después tenían el escudo de Baden Württenberg con el escudo de armas de Stuttgart en el centro, con el apellido de la familia presidiendo el escudo y el nombre de la ciudad sobre el caballo.
Ferdinand volvió con esa servilleta en el bolsillo a Alemania, y se la enseñó a a su proveedor de metal para que lo reprodujera. Esa servilleta está hoy día en el Museo Porsche.

Volkswagen. Interés común de Baja Sajonia y Porsche.
A pesar de quedar separadas, las compañías de Porsche y Volkswagen siempre han estado económicamente muy unidas. Cierto es que Porsche tiene sus líneas de automóviles de lujo, pero también es un activo fabricante de piezas para los automóviles, siendo Volkswagen su principal cliente.
Volkswagen es el tercer fabricante de coches del mundo, detrás de General Motors y Toyota. Así que proveerle de repuestos es un negocio muy lucrativo y una de las partes fundamentales de los ingresos que obtiene Porsche.
Por otro lado, Volkswagen tiene su sede en el estado de Baja Sajonia, además de varias fábricas repartidas por esta región alemana. Es sin lugar a dudas la principal compañía de Baja Sajonia y también resulta fundamental para la economía del área. Decenas de miles de empleos, directos o indirectos, se deben a la presencia de Volkswagen en la región.
Así, cada uno por sus razones, tanto Porsche como el gobierno de Baja Sajonia están muy interesados en mantener la situación de Volkswagen: como cliente y como empleador. Y ante la inevitable amenaza de compra por parte de grupos extranjeros – como le ocurriera a Opel – el gobierno regional posee un porcentaje significativo de acciones de Volkswagen: el 20,1%
Del mismo modo, atemorizada de que una oferta extranjera pudiera apoderarse de Volkswagen, Porsche se ha visto obligado a hacerse con un porcentaje notable de acciones, tratando de dificultar una OPA (oferta de compra).
La ley Volkswagen
A pesar de tener un porcentaje muy pequeño (20,1%), el gobierno de Baja Sajonia ha sabido aprovecharlo políticamente más allá de lo que la justicia debiera permitir. Sus acciones dentro del consejo de Volkswagen tienen un valor especial: pueden bloquear cualquier iniciativa propuesta por el consejo.
Y es que siendo apenas una quinta parte del total, el gobierno alemán promulgó una ley pensada para esta situación particular y que ha pasado a ser conocida como la Ley Volkswagen. Según dicha ley, que se promulgó en 1960, nadie puede comprar más de un 20% de los derechos de voto sobre el consejo de Volkswagen. Y el gobierno central alemán y el regional tienen derecho a asientos en el consejo supervisor de la compañía, sin importar cuántas acciones tengan del total.
Obviamente esta ley infringe numerosos principios del Libre Mercado y la Unión Europea constantemente se ve obligada a torpedearla, pero sin pasarse de la raya puesto que está Alemania de por medio. Al final la ley Volkswagen sigue ahí y aunque se cambien superficialmente los términos el mensaje es claro:
Baja Sajonia no quiere compradores extranjeros para Volkswagen.
Porsche compra Volkswagen
Porsche no puede permitirse vivir sin su principal cliente, Volkswagen. No puede depender de una ley que es ilegal y que además pone las decisiones en mano de políticos, con su tendencia a la volubilidad y a aceptar presiones a cambio de recompensas. Así que no le queda más remedio que tomar sus propias medidas. En este sentido su postura ha sido muy sencilla: comprar acciones de Volkswagen, tantas como han podido.
El porcentaje de acciones en propiedad de Porsche ha ido creciendo a lo largo del tiempo. A finales del 2005 era de un 18.65%. En marzo de 2007 llegó al 30.9%. En ese momento, de acuerdo a la ley alemana (que es muy similar a la española en este punto) se veía obligada por ley a comprar toda la compañía.
Porsche comunicó en una rueda de prensa que no tenía intención de hacerse con Volkswagen, que simplemente lo hacía para protegerse ante una compra desde el exterior. Esto, unido al veto y porcentaje de control de Baja Sajonia, mantenía las acciones de Volkswagen en una status quo permanente. Nadie podría comprar toda la compañía salvo Porsche, pero tampoco Porsche podría hacerlo.
Como indicábamos antes, los caballos encabritados de Porsche y de Baja Sajonia simbolizaban control y lucha. Como en este caso, ambos trataban de hacerse con el control de Volkswagen, pero de forma amigable, sin llegar a ser caballos espantados.
La Unión Europea seguía amenazando a Alemania con que la ley Volkswagen era ilegal. Un cambio en la legislación provocaría la necesidad de Porsche de hacerse con el total de la compañía. Pero las cosas de palacio van despacio. Así que Porsche siguió comprando, otro 4,89% en septiembre de 2008.
Accionistas de Volkswagen
Volkswagen es una compañía de enorme tamaño: 330.000 empleados. 3.700 millones de euros en beneficios anuales. Es la mayor fabricante de automóviles de Europa, la tercera del mundo. Y cotiza en la bolsa de Alemania.
Como ocurre en España o Estados Unidos, existe un índice de referencia sobre las principales acciones de un país. En España es el IBEX, en Alemania el DAX.
El IBEX no es más que un grupo de empresas cotizadas de referencia, un club selecto con las principales empresas que cotizan en bolsa. Numerosos particulares o fondos de inversión, tratando de diversificar su riesgo, reparten su compras de acciones de forma equilibrada entre numerosas compañías solventes.
Así si las constructoras pierden mucho dinero en bolsa, recuperan parte de la inversión de las eléctricas. Y si se venden pocos coches compensan su inversión con farmaceúticas. Es una forma muy equilibrada de invertir y una de las más comunes que existen.
Por eso muchos fondos compran constantemente acciones de estos índices. Y no lo hacen de cualquier manera, sino que ponderan al índice. Si Telefónica y Telepizza compartieran el IBEX 35 (una vez lo hicieron) y la primera fuera 1.000 veces más grande que la segunda, el fondo comprará mil veces más acciones de Telefónica que de Telepizza. Y si las pizzas venden mal y la empresa cae hasta ser 2.000 veces menos valiosa que Telefónica, los gestores del fondo venderán acciones de Telepizza, para equilibrar su paquete de acciones y dejarlo indexado a la evolución del IBEX.
Por lo tanto, dado su tamaño, tras Porsche y Baja Sajonia, los principales accionistas de Volkswagen eran los poseedores de fondos indexados al DAX alemán. Cualquiera que tuviera un fondo del DAX, tenía un montón de acciones de Volkswagen.
Octubre en Volkswagen
Hasta aquí todo es bastante sencillo. Pero ahora todo se complica tanto que no creo que haya nadie que sepa exactamente lo que ha ocurrido. Tenemos la cotización de Volkswagen muy alta, por las incesantes compras de Porsche. Porsche posee un 36% del total de las acciones y Baja Sajonia el 20,1%.
La cotización ha ido subiendo paulatinamente desde 50 euros por acción hasta unos 200 euros, en el mismo tiempo en que General Motors caía de 40 euros a 10 euros por acción. Era una subida del todo irracional. Simplemente sustentada en que una empresa (Porsche) estaba comprando todo el tiempo acciones de Volkswagen.
Pero claro está, el precio llegaba a un punto tan elevado que a la propia Porsche le resultaba imposible seguir comprando. Lo que pagó por acciones de Volkswagen en octubre de 2007 sólo daba para comprar una quinta parte de las mismas acciones. Y además, aumentaría más el precio. A pesar de haber llegado a un porcentaje altísimo, acabar comprando el total era casi imposible.
Y bueno, en pleno octubre de 2008, ante la inevitable caída de la economía mundial, los especuladores profesionales empezaron a trabajar de forma inversa: ya todos apostaban por caídas de precios. Una forma de ganar dinero poco gratificante, pero perfectamente posible.
En bolsa uno puede apostar “a favor” comprando acciones de una compañía. Si creo que Terra será una empresa puntera con mucho crecimiento, haría bien en comprar acciones suyas.
Pero gracias a las acciones prestadas uno puede apostar “en contra”. No es algo tan sencillo y por lo tanto no puedes ir a la oficina de tu caja de ahorros y hacerlo, pero la apuesta en contra sobre acciones existe desde hace décadas y es habitual por parte de inversores de todo tipo. Simplemente si esperas que una empresa baje en bolsa, pides prestadas unas acciones suyas, las vendes en el mercado y cuando llega el periodo de devolución las vuelves a comprar: como la acción ha bajado, las vendiste a más precio del que las compras ahora, con lo que ganas dinero (tanto como caiga la empresa).
Para entender esto un sencillo ejemplo: imagina que vives en Madrid y te has comprado un lujoso abrigo de pieles (sintéticas, se sobreentiende). Disfrutas con él durante todo el invierno pero luego lo tienes muerto de asco en el armario. Tu abrigo son acciones de Volkswagen.
Pero llega una amiga tuya y te dice en pleno Mayo que por favor se lo dejes. Tú piensas, joder, a esta le patina el cerebro. Pero es que tu amiga te ofrece incluso 10 euros a cambio de que se lo prestes, así que lo haces sin dudarlo. Tu amiga ha tomado acciones prestadas de Volkswagen.
Tu amiga se va de viaje a Argentina, donde está acercándose el invierno. Sí, se ha llevado tu abrigo de pieles y se lo vende a otra amiga que ella tiene en Buenos Aires. Le ha venido estupendamente porque es muy moderno. Tu amiga ahora está en una posición corta (short) de abrigos. Tiene un abrigo menos de los que debería.
Tú desde luego no sabes nada de todo esto. Crees que en unos días, antes del invierno español a más tardar, recuperarás tu abrigo. No sabes que ya está en manos de otra persona.
Esa amiga viajera espera comprar el mismo abrigo al final del invierno de Argentina en una tienda de allí. Espera encontrarlo más barato que al precio al que ella lo vendió, traérselo de vuelta para devolverlo y todos felices.
Ella ha apostado a que los abrigos estarán más baratos a final del invierno que al principio, y que habrá tal diferencia de precio que a ella le compensará pagarte diez euros a ti y todas las molestias del negocio. Cuando recompre el abrigo, recuperará su posición inicial y se cerrará el círculo.
Lo que ha necesitado de seis meses y un abrigo de pieles para producir un beneficio ocurre en términos instantáneos con las acciones de una empresa. Si crees que va a bajar, pides acciones prestadas, las vendes y luego esperas comprarlas más baratas. Lo único seguro es una cosa: después tienes que recomprarlas para poder devolverlas.
Volviendo a Volkswagen, dada la peculiar situación de la compañía, algunos fondos de inversión habían encontrado ingeniosas formas de ganar dinero casi seguro. Estaba claro que tarde o temprano Volkswagen caería en bolsa. Una posible estrategia consistía en comprar acciones de Porsche y pedir prestadas acciones de Volkswagen (que se vendían) .De esta forma, si Porsche bajaba de valor también lo harían sus acciones de Volkswagen con lo que podrían comprarlas más baratas. Del mismo modo una subida en la cotización de Porsche haría que nuestra parte proporcional del su posesión sobre Volkswagen subiera.
En realidad muchos de estos productos financieros se idearon para este tipo de situaciones en que uno no trata de ganar sino de no perder. Puedes asegurarte una no pérdida, que es el primer paso hacia una ganancia. Por ejemplo comprando acciones de una petrolera y de una empresa de energías renovables. Cuando a una le vaya mal será casi seguro porque a la otra le va bien.
En fin, que muchos veían la exhuberante cotización de Volkswagen como un valor seguro. Y eso en octubre de 2008, en que todas las bolsas caían en picado, era mucho más de lo que se podía esperar. Se había convertido en un chollo: sólo podía bajar y pidiendo acciones prestadas, uno podía ganar dinero fácil.
Short Squeeze
Llega un domingo, día en que no hay cotización de la Bolsa de Alemania, y en una rueda de prensa, Porsche anuncia que tiene intención de hacerse con el 75% de las acciones de Volkswagen.
Se sabía que la posición de Porsche en Volkswagen era muy alta pero nadie sabía a ciencia cierta el porcentaje de acciones que ya poseían. Estos son los problemas de hacer leyes especiales para una única compañía: Porsche podía actuar con una libertad que no se le hubiera permitido en ninguna otra empresa cotizada.
Porsche poseía un 42.6% de las acciones totales (20,1% en perpetua posesión de Baja Sajonia) pero también había conseguido mediante fondos de inversión controlados, de forma indirecta, ¡Un 31.5% más!
De repente las cuentas no salían: El 94,2% de las acciones estaban en manos de Porsche o el Gobierno. Había una verdadera escasez de acciones de Volkswagen.
Los especuladores que habían vendido acciones eran víctimas de lo que se denomina un short squeeze. Se produce un agotamiento de la oferta de acciones y los que esperan recomprar, no pueden.
Ese lunes los operadores de muchas agencias de inversión estaban en sus oficinas muy puntuales. Les esperaba un lunes horrible: tenían un enorme volumen de acciones de Volkswagen que habían tomado prestadas y tarde o temprano tendrían que recomprar. El problema era que no había dónde comprar, porque Porsche se las había quedado casi todas.
Había un total de un 12% de las acciones de Volkswagen prestadas, en tierra de nadie. Y entre todos se las tenían que apañar para recomprar acciones de una empresa en la que sólo había interés comprador y apenas un 6% fuera de las manos de Porsche y Baja Sajonia.
Esto provocó la subida irracional de la cotización de Volkswagen, de 250 euros por acción (que ya eran una barbaridad) se acabaría llegando a los 500 euros por acción en unas pocas horas.
Para colmo de males, aparecieron los fondos de inversión indexados, antes citados. Estos fondos operaban en proporción a las acciones del DAX alemán. Si de repente Volkswagen era un 100% más valioso que ayer, ellos tenían que aumentar sus acciones de Volkswagen en proporción.
Éramos pocos y parió la abuela. Junto con los desesperados compradores de acciones anteriormente prestadas, apareció en la demanda una nueva hornada de compradores. Por supuesto los vendedores no hacían sino desaparecer. La acción podía irse tan arriba como se quisiera.
En una escalada histórica, llegó a superar los 1.000 euros por acción. Volkswagen fue durante unas horas la empresa más valiosa del mundo.
Los gestores de fondos perdieron fortunas (imagina vender algunos cientos de miles de acciones a 250 euros y acabar comprándolas a 1.000 euros) lo que llevó al suicidio al millonario Adolf Merckle, quien presumiblemente perdió unos 500 millones de euros en la operación.
Estas sequías de acciones (short squeeze) son poco frecuentes. Las legislaciones de los países suelen tener leyes que evitan que puedan darse. Uno de los problemas de la globalización es ese: olvidar que las leyes no son las mismas en todos los países. Especialmente cuando hay una ley Volkswagen alemana.
Arrinconando al Commodore.
Uno de los casos más llamativos de short squeeze lo protagonizó Cornelius Vanderbilt, el empresario de ferrocarriles americano en el siglo XIX. Su historia bien pudiera figurar en las fábulas moralizantes para niños pequeños.
Cornelius Vanderbilt, conocido como el Commodore (un rango militar parecido a capitán de barco), estaba invirtiendo considerables sumas en la compra de acciones de ferrocarriles en la región de Nueva York. Daniel Drew, un rival suyo, quiso jugarle una mala pasada.
Se puso de acuerdo con representantes del gobierno de Nueva York, y les propuso un trato: Tomarían prestadas acciones de los mismos ferrocarriles que estaba comprando Vanderbilt. Venderían esas acciones prestadas y a continuación el gobierno de Nueva York promulgaría una ley que perjudicaría notablemente los intereses de estos ferrocarriles.
De esta forma las acciones se hundirían y podrían obtener un gran beneficio, a la par que hacer mucho daño a su rival.
Eran tiempos en que se estaban inventando novedosas formas de especulación, a cual más rastrera. La mayoría son hoy en día ilegales, como esta miserable maniobra. Lo que no estaba en los planes de Daniel Drew eran los poderosos bolsillos del Commodore. Sin inmutarse, Vanderbilt fue comprando cada acción que salía al mercado, sin preguntar por el precio. Y cuando Drew y sus corruptos compañeros se preparaban para recomprar las acciones se encontraron con una desagradable sorpresa: Vanderbilt las había comprado absolutamente todas y si querían comprárselas a él el precio sería extraplanetario.
Al final Vanderbilt llegó a un acuerdo con el gobierno de Nueva York: les permitió comprar esas acciones a un precio que les aseguraba unas pérdidas moderadas, siempre y cuando se comprometieran a no promulgar leyes que le perjudicaran. Y dejó a Drew que asumiera sus propias pérdidas, de más de 500.000 dólares (que eran una fortuna).
Daniel Drew fue una de las primeras víctimas de la historia de una short squeeze, pero como muchas víctimas financieras, merecedor de todo lo que le ocurrió.
Haciendo cuentas.
Ya estamos terminando. Volvamos a Porsche. La situación en la bolsa alemana se tornó caótica. El índice DAX estaba desbocado y los fondos no sabían qué hacer para comprar acciones. La subida estaba ya fuera de lo deseable, incluso para los poseedores de acciones. Era imposible negociar sus títulos.
El gobierno tuvo que modificar la normativa mediante la cual una compañía cotizaba en el índice de referencia, evitando estas forzosas conversiones en función de la cotización. Esto permitió a los fondos no tener que seguir comprando acciones de Volkswagen.
Porsche llegó a un acuerdo con el que se comprometía a devolver un 5% de acciones al mercado. Esto sirvió para traer la cordura a la cotización, tras las compras forzosas de los perjudicados fondos especuladores.
Al final Porsche salió ganando con este baile en la cotización de Volkswagen entre 6.000 y 12.000 millones de euros. Ahora los millones se citan sin perspectiva posible. Pero para hacerse una idea, en un año en que todos los fabricantes de coches perdieron dinero, ellos ganaron.
Aún más, esta cantidad es tan alta que la estimación más baja equivale a todos los ingresos de Porsche durante el 2006, un muy buen año y antes de la crisis actual.
¿Sabía Porsche que esto ocurriría? Quizás nunca se sepa. Esta interesante historia sucedió a finales de octubre del 2008 y todos la han narrado como una anécdota más en el turbulento mundo de los mercados cotizados. Pero desde entonces no se ha aportado mucha nueva información.
Parece que Porsche no hizo nada ilegal, simplemente jugó a la perfección todas sus bazas y supo ganar dinero con las mismas armas con las que el resto del mundo ha perdido fortunas: aprovechando la opacidad de productos financieros, empleando intermediarios y fondos que operaban bajo sus intereses, pudieron quedarse con prácticamente el total de las acciones de Volkswagen. Luego sabían que los que tuvieran préstamos lo pasarían mal. Es difícil pensar que lo pasarían tan mal.
La situación de Porsche a final del 2008 ha sido perfecta: han conseguido hacerse con un enorme porcentaje de Volkswagen, sin pagar demasiado. Ha facilitado la eliminación de la dudosa ley Volkswagen. Han ganado prestigio. Y muchísimo dinero.
Fuentes:

Además de las ya citadas.

El año del buey

2008. Año de la rata en el calendario chino. Tiempo de cambios.

En el I Ching el signo Rata está asociado al hexagrama Fu (izquierda), que significa el Retorno y que se le asigna a la luna de la Rata: el símbolo representa el retorno de la luz. La línea entera en la base del hexagrama significa la fuerza yang que asciende, la luz que retorna después de un período de oscuridad. Así debemos entender al año de la Rata, su mensaje profundo es un mensaje de esperanza. La Rata es el principio del cambio positivo, es un cambio de tendencia, un punto de inflexión. Todavía predomina la oscuridad, pero el cambio ha comenzado.

2009. Año del buey en el calendario chino. Toca esforzarse y trabajar.

El buey es paciente, pero también inflexible. Será un año de duro trabajo, de poner en orden el caos que dejó el 2008. Una época de buenos frutos, pero que sólo se conseguirán tras un trabajo arduo. No será un año de logros intelectuales y académicos, pues el Buey desprecia el ejercicio intelectual y premia el trabajo físico. Ahí está el mayor problema al que se enfrenta: su necedad. Por ello, será un año en que muchas formas de pensamiento retrógrado resurgirán con virulencia

Piramidal

Al hilo de los comentarios en la entrada sobre El caso Madoff, propongo a los lectores que traten de demostrar, si pueden, que la cuenta naranja de ING no es una estafa piramidal.

Con la cuenta NARANJA ganará seguro, porque le ofrece alta rentabilidad mes a mes y además ahora durante los cuatro primeros meses obtendrá un 5,25% T.A.E.* desde el primer euro y sin límite de cantidad.

a) Promete unos beneficios seguros, sin explicar de dónde obtendrán ellos el dinero.
b) ING entró en pérdidas en el tercer trimestre.
Creo que el problema con estas estafas está en que sólo se sabe que son piramidales a posteriori. A priori el negocio de Madoff era aún más honrado y fiable que el de ING.
Notas:
a) A menudo los bancos tratan de aprovechar cualquier circunstancia para distraer la atención contra ING, cualquier timo o posible sambenito se lo adjudican al banco holandés para arañar clientes de forma rastrera.
b) Soy cliente de la cuenta naranja.

Todo el oro del mundo

Hoy en Microsiervos dan el dato de que “todo el oro del mundo serían unas 1.500 toneladas”. Este dato está totalmente equivocado.
En realidad la culpa no es suya, sino de unas páginas americanas, aún más famosas y mediáticas, que se han encargado de dar un dato tan curioso como equivocado.
La producción anual de oro es ya de 2.500 toneladas. Sólo en el edificio de la Reserva Federal en Nueva York hay más de 5.000 toneladas.
Salvando esa errata, en la página originaria de este error se hace una estimación de cuánto oro se ha producido a lo largo de toda la Historia. Hasta qué punto es errónea esta estimación:
Estimación a ojo: 311.000 toneladas (11 billones americanos de onzas).
Estimación “oficial”: 153.000 toneladas.
Si una estimación falla en un 100%, para mi que es una pésima estimación.
[Actualización: En Microsiervos han corregido el dato.]